Cartas de un asesino nació como una tarea de clase de literatura cuando tenía unos doce o trece años. La idea era conseguir llegar a conmover de algún modo las emociones del lector, haciéndose uso de cualquiera de ellas: ternura, violencia, angustia, alegría, sorpresa... Yo decidí meter el dedo en la llaga.
El terror es uno de mis géneros favoritos, pero resulta agotador, antes, durante y después del acto. Recuerdo que después de que mi familia leyera la primera carta de un asesino, mi hermana se sentó conmigo para asegurarse, a instancia de mi padre, de que no planeaba nada por el estilo. Era comprensible, dada mi edad, la situación y la carga sospechosa de la carta. Lo siento, pero no puedo evitar sonreír cuando lo recuerdo.
Con el tiempo, se convirtió en una serie de cartas que un depredador escribe a sus víctimas, y a través de las cuales el mismo personaje se fue desarrollando. La idea es que recuerdes a este personaje cuando realizas esas actividades cotidianas en lugares poco transitados, como un parque, el metro, una estación, un parking, el trayecto a casa... aunque pienso modernizar los hábitos de caza de este asesino enseñándole a usar facebook y google para encontrarte (no existían cuando nació).
Hoy en día, sigue siendo un proyecto en la nevera para compartir con un amigo mío que pretende usar su experiencia en la policía para iniciarse en la escritura.
En este caso, el ritmo lento, la actitud dominante pero cercana y no ahorrarse nada en cuanto a los detalles más truculentos, sirve a los mismos objetivos que los anuncios de la DGT: dar un pellizco en el tejido cerebral a un público insensibilizado gracias a CSI Las vegas, anuncios de la DGT de años anteriores y productos como el que quieres que sea un alfiler ardiente en las entrañas del que lee.
En cualquier caso, la sensación morbosa de terror parece adictiva, o si no, sed sinceros con vosotros mismos y tratad de recordar con claridad lo que sentisteis en el momento en que visteis cómo ese coche atropella a Brad Pitt en “¿Conoces a Joe Black?”
Esta vez, tres minutos de silencio por las sensibilidades heridas y otro abrazo, largo si he conseguido provocarte un poquito de ansiedad con Cartas de un asesino...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión me interesa. Ten libertad para criticar lo que se cuece por aquí.